Repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición, repetición.
Una locura sin fin que no parece, simplemente es.
Caer y subir, pero sin dejar de avanzar para abajo o para arriba, aveces a los costados siempre y cuando también sea diagonal.
Un mismo color que a la vez son todos los conocidos y los que no se conocen también.
Girando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario